January1st
En junio, KFC se suscribió al Better Chicken Commitment en Europa. Marca un cambio importante para el gigante de la comida rápida que verá un cambio en su suministro de aves de corral tanto de producción nacional como importadas. Y es quizás un negocio un poco diferente a los que se han registrado hasta la fecha.
Aquí en el Reino Unido, los minoristas Marks & Spencer y Waitrose se comprometieron a principios de este año, pero son minoristas de primer nivel y podría decirse que solo era cuestión de tiempo. Pero KFC representa una marca que tradicionalmente no ha comercializado mucho sus credenciales de bienestar ni hablado sobre su cadena de suministro, lo que hace que este sea un cambio distinto.
KFC se ha suscrito al Better Chicken Commitment en Europa, lo que marca un cambio importante para el gigante de la comida rápida. Foto: Wikimedia
KFC se ha suscrito al Better Chicken Commitment en Europa, lo que marca un cambio importante para el gigante de la comida rápida. Foto: Wikimedia
Los cambios principales son que para 2026 tendrá que pasar de abastecerse de razas convencionales de aves a tipos de crecimiento más lento y reducir las densidades de población a 30 kg/m2. Otras adaptaciones que son relativamente comunes, al menos en Europa occidental, incluyen la provisión de ventanas, perchas y pacas. Se desaconseja el adelgazamiento, pero se permite una vez.
Sacrificar la eficiencia para mejorar el bienestar
La consecuencia clara de sacrificar la eficiencia para mejorar los resultados de bienestar es que se requiere una mayor huella de carbono para producir un kilo de carne. Los minoristas holandeses abrieron el camino al cambiar a razas de crecimiento más lento en 2014. Entonces se consideraba un nicho real, pero desde entonces ha crecido hasta representar alrededor del 40 % de la producción. En Francia, alrededor de una cuarta parte de las aves se crían más lentamente, y en el Reino Unido la cifra es de alrededor del 11 %, incluidas las de corral y las orgánicas.
Consecuencias para el medio ambiente
Pero vale la pena considerar las consecuencias para el medio ambiente. Las investigaciones han sugerido que si un tercio de los pollos de engorde en los EE. UU. se cambiaran a razas de crecimiento lento, para satisfacer la misma demanda se necesitarían producir 1500 millones de aves más, se necesitarían 7,6 millones de acres más para alimentarlas, otros mil millones de galones de se necesitaría agua para alimentarlos y producirían 28.000 millones de toneladas más de estiércol. Está claro que está surgiendo un mercado de dos niveles: los países desarrollados exigen un mayor bienestar, mientras que el resto del mundo está feliz de tener comida en la mesa.